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La Memoria de la caminada del cristianismo en América latina y el Caribe

Por Elsa Tamez

Ustedes tienen mi texto que preparé para el libro de la conferencia. Sin embargo, he elaborado otra presentación. Soy profesora de Nuevos Testamento y en estos momentos enseño un cursos de exégesis en las cartas paulinas. Influida por el curso, decidí aquí preparar un nuevo documento utilizando el estilo retórico epistolar de la antigüedad. He escogido este estilo literario porque los mecanismos en la composición del discurso, así como los niveles de la connotación, permiten abarcar con mejor amplitud y profundidad la temática propuesta y a la vez captar la atención de la audiencia y tratar de persuadirla a comprometerse con el contenido del discurso. He inventado una carta, como se hacía en aquellos tiempos generalmente con el propósito recordar la tradición y encaminar a las nuevas generaciones. Existieron en la antigüedad colecciones de cartas de este tipo, como las cartas de Sócrates, y muy probablemente las Cartas Pastorales. Me sirvo de Priscila (o Prisca) como personaje ficticio remitente de una epístola dirigida a los delegados y delegadas de este conferencia. Ella, como ustedes saben, fue una de las figuras más importantes de la comunidad cristiana en sus orígenes: líder, predicadora y maestra. Su nombre aparece en el libro de Los hechos de los apóstoles y va siempre acompañado de su esposo Aquila, de quien sabemos casi nada; Priscila aparece por lo general en las narraciones de Lucas sobre el apóstol Pablo. De manera que encontrarán en la siguiente carta los elementos comunes del género retórico, como lo son: exordium o prooemium, propositio y rationes con narratio, argumentatio, refutatio y finalmente la peroratio o conclusio. También he incluido exhortaciones y doxologías, semejantes a las de las cartas del Nuevo Testamento. La epístola concluye con una bendición bastante conocida en el mundo ecuménico y es del músico y liturgista argentino Pablo Sosa. He optado por utilizar "el vosotros" como recurso de distanciamiento entre la autora real y el personaje protagonista, es decir entre mi persona y Priscila, además para los habitantes de este continente es innegable el sabor litúrgico y antiguo (con perdón de los españoles) del uso del "vosotros". Ustedes lo notarán.

 

  1. Epístola de Priscila a los hermanos y hermanas
  2. reunidos en Sâo Paulo Brasil
    1. Capítulo I

1Yo, Priscila , sierva y apóstol de Jesucristo, por voluntad no de autoridades oficiales, sino de Dios nuestro creador, a los teólogos y teólogas reunidos en Sâo Paulo, Brasil, fieles al testimonio de nuestro Señor Jesucristo, 2quien nos mostró el camino del Reinado de Dios y su Justicia a través de su vida de fe, su muerte en la cruz por el imperio romano y su resurrección, de la cual María Magdalena y otras mujeres fueron testigos. Gracia y paz a vosotros.

3Ante todo, doy gracias a Dios por vosotros y vosotras, que siguen tercos y aferrados a las buenas nuevas para los pobres y excluidos, a pesar de tantos inconvenientes y malas noticias que reciben a diario sobre la pobreza, la violencia y la guerra que azotan a nuestros pueblos. 4Porque, como sabemos, los últimos informes del PNUD no son nada halagadores. Centroamérica sigue creciendo en la desigualdad y bajando en sus niveles de desarrollo, y los demás países del continente no logran despuntar hacia mejores niveles de vida. 5Además, no quiero que ignoréis hermanos míos lo que andan diciendo las malas lenguas: que la teología de la liberación se acabó, que la opción por los pobres es anacrónica y corresponde a los discursos de los 60ss. 6Pues no, de ningún modo. ¿Acaso los pobres han dejado de existir? ¿Ya tienen dónde dormir y qué comer? ¿Han encontrado trabajo los miles de desempleados? ¿Los niños de la calle regresaron a la escuela? 7No, al contrario, de todos vosotros es sabido que el pecado sigue reinando con toda su crudeza, y por eso la creación, es decir, la humanidad y su habitat, espera ansiosa la revelación de los hijos a e hijas de Dios, que sois vosotros y vosotras.

8Alguno de vosotros me dirá: "pero los problemas no son solo económicos, la violencia contra las mujeres trasciende la clase, y el racismo que se vive lo hace de igual manera." 9A estas palabras responderé: bien habéis dicho, y estoy absolutamente de acuerdo y bendito sea Dios porque lo percibís. ¿No veis que en el ser humano se entrecruzan varias experiencias? 10Los sujetos empobrecidos tienen rostros y cuerpos diferentes, distintos géneros, pues la creación de Dios, perfecta, releja esta diversidad. 11Y más aun, los hombres y las mujeres no solo tienen necesidades materiales, sino también espirituales. Necesitan del cariño y la pasión, del placer y el cuidado. 12La opción por los pobres es también por los excluidos de todo tipo. 13Por eso, en nombre de Dios, de Jesús el Cristo y del Espíritu Santo os ruego: amaos siempre entre vosotros, toleraos, cuidaos mutuamente, y que nadie se estime superior a otras y otros como lo hacen los que son del mundo, sino al contrario que vuestro vivir sea solidario, ejemplar y testimonial entre vosotros y con los demás. 14Y no se olviden de las mujeres, como tienen la costumbre. Insisto, si no las toman en cuenta no reflejan ni la gloria de Dios ni el testimonio de Jesús el galileo ni el Espíritu que fue también derramado sobre las mujeres y los jóvenes.

Capítulo II

1Os escribo esta carta respondiendo al pedido que me hiciera Wagner en nombre del comité organizador de la conferencia de la cual formáis parte, sobre la caminada de las iglesias en América Latina. 2Debo confesar que me resistí en un principio. Y esto por dos razones. Una porque yo me dedico más a escudriñar las Escrituras para servir al movimiento popular y comunitario de la Biblia, y otra porque no pocas veces la iglesia institucional me desespera. Gracias sean dadas a Dios porque su reino trasciende las iglesias. 3Pues bien, obligada casi a aceptar, más por cuestión de balance de género que por voluntad propia, me aboqué a reflexionar sobre el encargo. 4¡Ay de mí!, la desesperación no tardó en abrazarme al momento de pensar en la caminada. Demasiado grande era la tarea, ausente de toda claridad. ¿A qué iglesia debe referirme?, ¿qué novedades o contribuciones debo enfocar?, ¿qué pecados reprender? 5 Porque las mega iglesias neo-pentecostales me quitaban el sueño, no me dejaban dormir las herejías de las iglesias de la prosperidad; y el crimen del Padre Amaro, junto con otros abusivos de niños en todo el mundo y todas las iglesias, me apretó el alma de pura tristeza. 6Y lloré como una niña, como Jesús lloró sobre la ciudad de Jerusalén; porque yo no veía aquella alegría de las miles de comunidades cristianas hablando del Dios de los pobres. Pero en seguida recordé las palabras del sabio Qohélet que decía: "No digas que los tiempos pasados son mejores porque no es hablar con sabiduría".

7Entonces con el corazón aun contrito, pedí auxilio al Espíritu Santo, amiga fiel en nuestras tribulaciones, para que me mostrara su obra en su Santa Iglesia de Jesucristo en estos lugares y me reconfortara. Quería ver aquella caminada en la cual Dios se complacía. 8 Y he aquí, la misericordia y gracia de Dios se me reveló más grande, 9y puede constatar que el segundo Adán era mucho mayor que el primer Adán, como nos lo había ensañado mi colega, el apóstol Pablo, en su carta a las iglesias de Roma antes de caer preso en Cesarea por la causa de su Evangelio. 10Mi alma retomó su sitio y yo volví respirar con serenidad y optimismo. 11Porque a mis ojos apareció, como un gran río igual a aquel de río milagroso de la visión del profeta Ezequiel, todo lo hermoso que había también en las iglesias, y que era agradable a Dios, a la humanidad y a los excluidos.

12Y he aquí lo que vieron mis ojos: una red inmensa de trabajadores, honestos y entusiastas de la lectura comunitaria de la Biblia, corría por toda la América Latina y el Caribe; y muchos grupos de mujeres organizando talleres en todos los rincones del continente y creando nuevos paradigmas teológicos. 13¡Ah!, con apenas esas dos cosas, que realmente son una novedad en la caminada en los últimos años, ya un coro de ángeles cantaba a mis oídos un canto celestial. Pero el río siguió corriendo y el canto celestial apretó el ritmo y subió el tono cuando hice memoria de las redes de teología negra, y teología india que se siguen consolidando desde los 80s y continúan desafiando a las iglesias y al pensamiento sobre Dios. 14Y más redes fueron apareciendo: redes de liturgia renovada, redes de seminarios ecuménicos, redes de biblistas, encuentros de profesoras de teología, preguntas importantes sobre el diálogo interreligioso y tantas cosas más, insospechadas pocos años atrás. 15 Entonces cerrando los ojos exclamé: "Dios de los cielos, en verdad, quien tiene los ojos puestos solo en lo malo, ve solo lo malo, mas quien tiene los ojos puestos en lo bueno y en la fidelidad de Dios para con su pueblo ve lo bueno y no ignora lo desagradable. Porque lo bueno brilla a pesar de la densidad de las tinieblas".

16De inmediato apareció ante mi otra maravilla. Una de las más grandiosas, ¡loado sea el Señor que no abandona a los oprimidos!: las iglesias se pronunciaban sin miedo y con valor contra la guerra. Miles de cristianos, mujeres y hombres, ancianos, jóvenes y niños; religiosas y pastores, curas y laicas, jerarquías y sus bases no vacilaron ni dieron marcha atrás cuando por las calles se unían al repudio internacional contra la guerra de Irak. 17Me alegré y me dije: ¡esta es la Iglesia! y esta vez no llegó tarde a la historia, como es su costumbre. !Alabado sea Dios, bendito por los siglos de los siglos amén! 18Toda esta visión que me mostró el Espíritu de Dios me hizo sonreír con ternura y ayudó a quitarme el mal sabor que dejan las iglesias cuando se alejan de su misión de predicar, enseñar y practicar los valores del Reino, con entereza y pasión, sin temor y con valor.

Capítulo III

1Queridas hermanas y hermanos, lo que os acabo de decir ha sido como una introducción a la memoria de la caminada de todas las iglesias, para que veáis la situación en general con ecuanimidad y autocrítica. 2Nunca olvidéis la autocrítica, porque con ella la caminada se purifica. Y no temáis a las jerarquías ni a las instituciones, recordad que dentro de ellas no faltan líderes de alma noble que se guían más por la gracia que por la ley y la tradición. 3Como dicho esta en las Escrituras: "Para ser libres nos liberó Cristo, no volváis al yugo de la esclavitud." 4Oremos por la salud de los buenos obispos que nos quedan y por que una nueva generación siga sus pasos.

5Pues bien, yo se que vosotros esperáis que hable desde la tradición paulina, que es la que más conozco, ya que Diego seguramente os hablará desde la tradición petrina. No os asombréis por esos títulos ni les hagáis caso, lo hago para que me entendáis mejor.

6Ante este encargo, ¿qué diré? ¿Que me enorgullezco de todas sus denominaciones? ¡Lejos esté de mi tal cosa! Pues ya quedó claro que todas las iglesias caminan y también se desencaminan en su misión encomendada. 7Oro a Dios en nombre de Nuestro Señor Jesucristo para que más se encaminen que se desencaminen. 8Para vergüenza mía me apeno de algunas tendencias, especialmente de aquellas que creen que la piedad es un negocio; para satisfacción mía me enorgullezco de otras, más solidarias. 9Pero creedme: no todo lo que se ve bueno lo es, ni tampoco lo que parece perdido lo está. En todas las iglesias de tradición paulina, que muchos petrinos equivocadamente llaman "sectas", encontramos luces y también cosas de qué avergonzarnos.

10Pero dejémonos de palabrerías para que no demos lugar al adversario de hablar mal. Quiero que sepáis lo que ha pasado en más de 20 años en las iglesias del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) al cual yo apoyo en mis oraciones. 11Lo que ha pasado no lo invento yo, sino lo dicen los documentos de sus asambleas, las cuales dejan ver las acciones del Espíritu en las iglesias miembros, así como también los distintos momentos de la historia que marcan la vida de los creyentes.

12¡Ah! Qué tiempos aquellos de Oaxtepec (1978)y de Huampaní (1982), tiempos de fe liberadora y de esperanza, cuando las 110 iglesias miembro confesaban su indeferencia al clamor de los sectores más olvidados y oprimidos y se comprometían a: atender los derechos humanos, a no espiritualizar la pobreza y a escuchar a las mujeres, los niños, los pueblos aborígenes y otros. 13Y, escuchad bien, en esa reunión se atrevieron a enviar una carta al dictador Anastasio Somosa de Nicaragua para que dejara el poder, porque como esta escrito en el documento final. "Donde quiera que haya un ser humano a quien se le impida vivir la plenitud de su humanidad, allí hay una situación de pecado". 14Y que decir de Huampaní, todo era esperanza a pesar de tanto sufrimiento que se sentía en nuestra América Latina y caribeña, a pesar de tanto dolor por los desaparecidos, torturados y asesinados. 15Había una gran fe en que las cosas iban a cambiar pronto y que el Reinado de Dios estaba muy cerca. 16¿Que no había conflictos y que todas las iglesias pensaban igual?, ¡De ninguna manera!. Se estaba consciente de que no todas las iglesias acogían el compromiso de igual forma y que muchos veces era más el deseo de los líderes que de las congregaciones. 17Los conflictos en verdad eran serios, ideológicos y teológicos dentro mismo de las iglesias y con otras iglesias, especialmente con aquellas evangélicas misioneras.

18¿Y de las mujeres, que nos cuentan las memorias? Sabemos bien que los líderes eran varones, pero, me pregunto, ¿cómo veían la participación de las mujeres? La historia nos dice que había apertura por parte de las estructuras y un asombroso despertar por parte de las mujeres. 19¿Sabíais que ya en el año 1977 un coloquio de mujeres cristianas del Caribe envió a Oaxtepec una carta que decía así: "que la mujer sea convocada en número significativo como partícipe con poder deliberante y electivo"? 20Y así fue en aquel tiempo: Quiero que sepáis que del año 84 al 91 hubo talleres de mujeres en todas las iglesias, miembro del CLAI y a veces no miembro, y que el pastorado de las mujeres aumentó, que varias mujeres estudiaron teología y que muchas se hicieron profesoras de instituciones teológicas. 21¿Y del Ecumenismo de ese tiempo que diré? El ecumenismo entre las iglesias cristianas era algo curioso. Como era claro para el CLAI que la unidad se componía en el camino solidario con los más pobres, las relaciones entre las confesiones se hacían más por visión y compromiso que por confesiones religiosas. 22El contexto estaba muy ideologizado y era este que unía por un lado pero desunía por otro.

23Y después, que diré de lo acontecido del 90 hasta hoy? Ya sabéis que todo cambió: aquellos años de horizontes diafanamente abiertos de compromiso se cerraron frente a la escasez de alternativas que detuvieran los males de la pobreza y exclusión. 24Hablo en términos humanos: no se supo qué hacer con la fascinación de los productos del mercado, debido a la nostalgia de la fe comprometida. Creció la incertidumbre y el desempleo y también creció la búsqueda de nuevos dioses y experiencias religiosas que dieran sentido al drama. 25Para tristeza mía y del apóstol Pablo, la gracia comenzó y está siendo hasta hoy suplantada por la búsqueda de ganancias, la salvación entró a la venta. 26Todos esos cambios se vieron y sobre todo se sintieron en las asambleas de Santiago (1995) y también de Barranquilla (2001), además del retroceso ecuménico y al mismo tiempo de las exigencias problemáticas del diálogo interreligioso. ¡Tremendos desafíos tenemos por delante!

27Pero no os desaniméis, los grandes desafíos nos abren horizontes y nos prohíben estancarnos en el pasado. 28Ante esto, os exhorto a mis hermanos paulinos y también petrinos: estudiad estas nuevas realidades, analizad que esta detrás de estas búsquedas y esforzaos por entender, pues a través de estas realidades también nos habla Dios. 29Pero mirad que no imitéis aquello que os aleja de la fe y la justicia de Dios revelada en el evangelio y su opción por los pobres y excluidos. 30No os engañéis, la pobreza y miseria del mundo es grande, no olvidéis nunca que la misión encomendada por Jesucristo fue la de llevar la buenas nuevas a los oprimidos, prisioneros y quebrantados de corazón. Y este mundo esta lleno de ellos.

31Quiero recordaos hermanos míos, que desde las asambleas de Santiago y Barranquilla han estado surgiendo muchas inquietudes sobre las mujeres y sobre el diálogo con otras religiones. Sobre esto es mi deseo hablaros y exhortaros a todos vosotros, delegados y delegadas a esta asamblea en Sâo Paulo.

Capítulo IV

1No quiero que ignoréis toda la riqueza que esta surgiendo entre los sabios y sabias de los pueblos originarios. 2Cómo me plazco yo al escuchar con tanta frescura lo que Dios desde la eternidad puso en boca de estos mis hermanos y hermanas que me hacen ver rostros de Dios morenos y me indican con tanta vehemencia y ternura otros caminos del Reinado de Dios, donde transitan más a gusto con su logos propio y su hablar de Dios desoccidentalizado. 3Y si yo me plazco en ellos, cuánto más nuestro Dios trino llamado misericordia, que se preocupa por sus criaturas y su creación, más que por la ortodoxia. 4No quiero ocultaros que, a veces, escuchar algunas historias de los orichas del pueblo negro me incomodan, porque son tan diferentes a lo que estoy acostumbrada en mi manera tradicional de escuchar sobre Jesucristo. 5Pero entiendo que mi cultura es otra, y que los pueblos deben expresar lo que su corazón les dice sobre Dios y sentir a su manera a Dios, singular o colectivo. 6Porque no es con la rectitud de la cabeza la mejor manera de hablar y conocer a Dios, sino con el corazón y el sentimiento, y si es así ¿cómo podrán ser sinceros en el hablar, el sentir y el querer del corazón si no lo hacen con su logos? 7De igual manera, no niego que Dios me ha hablado y exhortado a través de los relatos y poemas de nuestros pueblos originarios y afrodescendientes de América Latina y el Caribe. Alabo a Dios por eso.

8Alguno de vosotros dirá "Eso no es bueno, es un lujo, porque la situación de los pobres que mueren de hambre no permite incursionar en temas que nos distraen". 9Ante esto diré: de cierto os aseguro que si vosotros no abrís vuestro corazón a escuchar lo que de Dios dicen, con alma y cultura, sus hermanos los sabios y sabias indígenas y afros, vuestra palabra sobre Dios y vuestra opción por los pobres es de alcance limitado y selectivo. 10 ¿Habéis olvidado que en la antigüedad, cuando nacía el cristianismo nunca se originó de una sola forma, sino que varios cristianismos daban testimonio de la revelación de Dios, como bien lo ha dicho mi compañero de lucha Pablo Richard? 11No quiero pues que absoluticéis una sola forma de hablar de Jesucristo. 12Pero a vosotros, sabios y sabias, presentes y ausentes de esta asamblea, cristianos y fieles a la religiosidad de vuestros ancestros, no olvidéis jamás la opción por los pobres y los excluidos, 13porque esta es la identidad propia de la fe en Jesucristo y de Jesucristo, y asimismo lo mejor de la fe de vuestros antepasados morenos y afrodescendiente. 14Os exhorto con la autoridad que me ha sido dada por el pueblo excluido, que no os encerréis en vuestras formulaciones, 15 antes bien, articulaos con otros grupos marginados que comparten preocupaciones similares. Y no os combatáis entre vosotros y otros grupos de pobres, antes bien sentaos juntos y compartid vuestras reflexiones para que todos y todas nos edifiquemos en la fe y en el compromiso que Dios nos ha encomendado. 16 Y poned atención a lo que vuestras mujeres os dicen. Recordad que las tendencias del Espíritu son justicia paz y gozo.17Así pues, no olvidéis que la opción por los pobres es la otra cara de la dignidad humana y el respeto mutuo.

Capítulo V

1En cuanto a las mujeres, no quiero que sigáis ignorando el aporte que vienen dando desde hace más de 20 años. Antes bien, leed, conversad, alimentaos de su pensamiento. No les tengáis miedo, que nada malo os harán. 2Os suplico no repitáis lo que sucedió en la antigüedad cuando se oficializó el pensamiento de Cristo y la ekklesia de Dios y se excluyeron a las mujeres y otros pensamientos discordantes. 3Mirad cuánta cosa buena viene de ellas. Preocupaos por la violencia que se ejerce contra las mujeres y las niñas en la casa, la calle y la iglesia, por los poderes patriarcales de este mundo. Discutid con ellas sobre esto, dialogad entre vosotros, pero no excluyáis ni ignoréis. 4Pues bastante indignada estuve por vuestra conferencia pasada cuando en el libro preparatorio llamado 30 años de teología de la liberación no fuisteis capaces de incluir a ninguna mujer, siendo que aquí en Brasil y otras partes del continente hay no pocas. 5 Os ruego a los varones de esta conferencia que no solo tengáis buena voluntad con las mujeres, sino que tengáis voluntad verdadera y política, para que no ocurran estos escándalos de los cuales vosotros también os avergonzáis cuando los recordáis.

6Y a vosotras mujeres, no tengáis miedo de decir lo que pensáis sobre Dios. 7Porque ¿si no decís lo que pensáis cómo vais a caminar y transformar la iglesia que amáis y os hace sufrir? 8Recordad que el Espíritu Santo fue derramado en vuestros corazones para que seáis hijas libres de Dios. 9Tened paciencia, que los varones generalmente son más lentos en ver las riquezas que vienen de lugares no acostumbrados. 10Pero también, en nombre de Jesucristo, de Dios y del Espíritu Santo, os digo a vosotras las mujeres: jamás os olvidéis de los pobres en vuestra teología, enseñanza y práctica, sobre todo hoy, que su existencia en abundancia refleja la inhumanidad de toda la sociedad. 11Pues la emancipación es completada cuando todos y todas lo somos en plenitud.

12Y termino esta epístola rogando a todos los rostros de la teología que representan nuestra América Latina y caribeña, que deis un salto, pues los tiempos de hoy exigen que os aboquéis a reflexionar sobre los grandes retos éticos y contemporáneos. 13No os encerréis en vuestros aportes específicos. Antes bien desde vuestro propio lugar aportad y contribuid a los desafíos de la pobreza y exclusión, de las guerras y la violencia, las migraciones. 14Defended vuestro habitat contra aquellos que buscan enriquecerse a costa de la creación del Dios bendito, son aves de rapiña que se presentan en forma humana. Porque si no lo hacéis vosotros y vosotras ¿quién lo hará? ¡No esperéis que Dios haga todo por vosotros! 15Y poned mucha atención y entereza al diálogo entre las religiones para que no se blasfeme el nombre de Dios justificando las guerras. ¡Basta de guerras! 16Os ruego, os suplico: sed constructores de la paz entre las naciones y en vuestra propia nación. 17Y haced todo como cristianos humildes, pues como sabéis bien, somos apenas un tercio de cristianos en el mundo. 18Pero ante todo, gravad eternamente en vuestros corazones: ¡otro mundo es posible! Mientras tanto, tratad de vivir como resucitados.

19Os recomiendo a Elsa, amada de nuestra comunidad en Costa Rica, encargada de dar lectura pública a esta carta. 20Saludos os envía Aquila, mi querido esposo, y el apóstol Pablo de Tarso, mi colega. Ambos afanados tanto en la predicación como en el taller. El negocio anda mal, del taller por supuesto; orad por los artesanos. 21Gracia y paz recibid todos y todas los delegados a esta conferencia. 22Y ahora, que la bendición del Dios de Sara, Agar y Abraham, la bendición del Cristo que de María nació, la bendición del Santo Espíritu de amor que vela por vosotros cual madre por sus hijos descienda sobre todas y todos. Amén.

Elsa Tamez,

30 de julio de 2003, Sâo Paulo, Brasil

Elsa Tamez es doctora en teología de la Universidad de Lausanne, Suiza. Actualmente es profesora de Biblia en la Universidad Bíblica Latinoamericana y miembro del equipo de investigadores del Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI) en San José, Costa Rica

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