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La mujer que sin nombre y sin hombre se salva a s misma Mujer, tu fe te ha salvado (Marcos 5,25-34) Marcia Moya R.

y Helmut Renard Resumen Nuestra lectura e interpretacin de los evangelios ha llevado por siglos el peso de una cristologa patriarcal, kyriocntrica, sobre todo en lo que se refiere a los relatos de los milagros. Jes s camina con los marginados y sana enfermos. !l es siempre la figura central, el salvador y el sanador. "ntentaremos leer un te#to $Marcos %,&%'()* desde los marginados. Nuestro propsito es acercarnos a la narracin de la mu+er annima con flu+o de sangre y rescatar su protagonismo en su sanacin. ,lla rompe con el legalismo- sus deseos de sanarse pueden m.s que normas y pre+uicios sociales. /on miedo se lan0a a tocar la vestimenta de Jes s, el curandero. 1u atrevimiento libera a Jes s, en camino con Jairo, +efe de la sinagoga, para sanar la hi+a de 2ste y le hace optar por los verdaderamente marginados, especialmente por las mu+eres, quienes, como miembros de su movimiento en 3alilea, le ense4aron mucho de sabidura y medicina popular. Jes s reconoce y reconfirma la fe sanadora de esta mu+er annima y sin representante. 56u fe te ha salvado.7 Hay que seguir a esta mu+er que nos ha dado una pauta para transformar la sociedad que estigmati0a y e#cluye al pueblo de 8ios. Abs rac 9or centuries our reading and interpretation of the gospels has been from a patriarchal christological vie:point, 5;yrioc2ntrica7, especially insofar as it relates to the miracles. Jesus :al;s amongst the marginali0ed and heals the sic;. He is al:ays the central figure, the saviour and the healer. <et us try to read one te#t $Mc %,&%'()* from the marginali0ed vie:point. 6he idea is to approach the narration from the point of vie: of the anonymous :oman :ho had the flo: of blood in order to rescue her protagonism in her healing. 1he brea;s :ith legalism- her desire to be cured goes far beyond the norms and social pre+udices. =ith fear she touches the vestments of Jesus, the healer. Her boldness liberated Jesus, :ho :as on his :ay :ith Jairus, the chief of the synagogue, to cure this man>s daughter, and it made him opt for those :ho are truly marginali0ed especially the :omen, :ho as members of his movement in 3alilee taught him much about their :isdom and popular medicine. Jesus recognises and reconfirms the healing faith of this anonymous :oman :ho is unrepresented? 5@our faith has saved you7. =e should follo: this :oman :ho has given us a lead in order to transform a society that stigmati0es and e#cludes the people of 3od.

Al leer y estudiar el Nuevo 6estamento, desde otros puntos de vista, nos resulta difcil a las mu+eres cristianas, de+ar de lado el peso ideolgico y simblico de la cristologa patriarcal en los te#tos kyriocntricos . ,sta cristologa se ha centrali0ado durante siglos en Jes s, haciendo que las figuras femeninas sean

dependientes o perif2ricas en relacin con el persona+e masculino central . ,l protagonista en cada uno de los relatos de milagros ha sido siempre Jes s. /on los avances en los estudios bblicos hemos podido constatar que Jes s era uno de los tantos taumaturgos de su 2poca. @ las mu+eres que estaban alrededor de Jes s no se mantenan como las mu+eres que buscaban una acogida misericordiosa, sino que eran parte de un grupo que buscaba la liberacin, tanto para hombres como para mu+eres, de todo un sistema de opresin que se vena trayendo desde tiempos antiguos. 6ratar de imaginarnos un tiempo histrico y le+ano, no es difcil para las mu+eres, pues partimos de nuestra realidad. ,n el primer siglo de nuestra era, las limitaciones para las mu+eres fueron vistas como normales en los espacios poltico'religiosos. ,n pleno siglo BB" a n persisten estas mismas limitaciones con la misma sutile0a. Cor eso, pensar en el primer siglo debe llevarnos a via+ar con nuestra imaginacin y desatar la creatividad que las mu+eres en aquel entonces tuvieron y contin an teniendo. Cor limitantes que sean los espacios, el camino sigue siendo siempre recorrido una y otra ve0. As, en los relatos de milagros sera imposible trastocar la autora de Jes s. Cero si dilucidamos un poco m.s profundamente, veremos que lo que slo parece un acto de magia hecho por Jes s, en realidad se trata de toda una transformacin integral como personas sociales y sagradas, tanto de Jes s como de las mu+eres. <os evangelios relatan de diferentes maneras la relacin de Jes s con las mu+eres- eso nos da a entender que Jes s daba testimonio del aprendi0a+e que tuvo con ellas . No olvidemos que en todos los tiempos, las mu+eres han sufrido una marginacin mayor entre el grupo de marginados. Cor eso, sus estrategias de reunirse, de compartir la medicina casera y de mantenerse atentas a los acontecimientos sociales para proteger la vida de ellas y de los que les rodeaban, eran m.s cotidianas. 8e las mu+eres aprende Jes s a entender con facilidad la realidad de toda una sociedad empobrecida. <a cristologa tradicional nos ha ense4ado a postergar, a trav2s del tiempo, el reconocimiento de la historia de las mu+eres que estuvieron en el movimiento de Jes s. <os evangelios han sido testigos mudos de la marginacin de las mu+eres a la hora de entender los te#tos. 1e ha de+ado de lado la conte#tuali0acin y se ha priori0ado la inmediata interpretacin, de acuerdo a la realidad actual donde las mu+eres ya leen los te#tos domesticadamente, sin cuestionarlos, ni preguntarse por qu2 se encuentran escritos as. 8e esta manera, siempre hay una desventa+a de las mu+eres, tanto frente a Jes s como frente al resto de seguidores varones. <a figura de Jes s en las teologas europeas y norteamericanas, hechas, por lo general, por hombres blancos, hi0o conocer, dentro del imaginario, una imagen de un Jes s de ra0a blanca. @ con los imaginarios de un grupo selecto, se iba construyendo tambi2n la identidad religiosa y terica, aplicable a las otras culturas.

Cor tantas barreras formadas por las construcciones cristolgicas, resulta inimaginable para la mayora pensar en el papel protagnico de una mu+er anteponi2ndose a Jes s. ,l dualismo con el que siempre se lee los te#tos ha implicado que, de modo natural, al leer el evangelio se ponga como bueno lo masculino, lo varonil, y lo femenino como negativo. @ en la relacin de Jes s con las mu+eres, se coloca a 2l como el hombre bueno que las acoge aunque est.n impregnadas histricamente por el mal. Ha quedado en la memoria de hombres y mu+eres, que 8ios es un hombre que por intermediacin de Jes s se acerca a las mu+eres, pero con las que no tiene un contacto directo. ,l dualismo ha marcado lo puro y lo impuro. <o puro como sinnimo de lo divino y lo impuro como la causa por lo que no se acerca ni se relaciona con lo divino. Cara alcan0ar lo puro, la impure0a tiene que ser transformada slo por el intermediario que es puro y que es capa0 de hacer conocer lo divino. Ha sido muy com n mantener como tradicin cristiana la miseria, con todos sus lados de despo+o humano en el cuerpo sangrante de las mu+eres. Duien sangra no es f2rtil, est. enferma, esta debilitada, est. despo+ada de sus tradiciones y no se le considera mu+er- no es persona del pueblo 8ios.

!l "eso #e las ra#iciones #el en orno sa$ra#o ,l Nuevo 6estamento tiene los mismos smbolos recogidos de los te#tos del Antiguo 6estamento . ,s claro ver la discriminacin se#ista de la 2poca veterotestamentaria? la mu+er es discriminada por ser mu+er, por ser pobre y por estar considerada impura $<v E%,EF'(E*. <a mu+er empobrecida est. aislada, en una situacin de discriminacin se#ual que no conoce esperan0a . <a determinacin biolgica y la ubicacin por el g2nero son las claves culturales con las que se mane+a la estructura social y religiosa, e#cluyendo el actuar de las mu+eres de cualquier posibilidad de reconocimiento p blico. ,s m.s, las mu+eres son el ob+eto pasivo de la sociedad y de la iglesia. <a discriminacin de las mu+eres en el mundo +udo, +ustificada por la cultura, por normas religiosas impuestas, asimiladas tambi2n por el cristianismo, ha ocultado la lucha de liberacin de las mu+eres +udas para salir del conte#to que les silenciaba. 6ambi2n ha pasado lo mismo con las mu+eres cristianas que, en su lucha por una liberacin, solamente consiguieron el reconocimiento de su ayuda y colaboracin y no del traba+o de un accionar apropiativo personal. ,l empleo religioso de estereotipos culturales de g2nero, sobre todo el papel preponderante de la maternidad y el concepto del ser mu+er valorada como esposa, ha llevado a que muchas mu+eres, para reempla0ar esos papeles, hayan optado por una vida de celibato. 1e ha colocado a Jes s como el esposo, cayendo nuevamente en el acomodo del pensamiento dualista, donde cada mu+er debe tener esposo y si no lo

tiene en la esfera humana, lo debe asumir en forma espiritual. ,sto pone en evidencia que al hablar de las mu+eres y Jes s, se lleva la discusin al .mbito de la familia, ya que en la antigGedad, como en la actualidad, la posicin de las mu+eres en la sociedad y en la religin es siempre definida dentro del la familia 5patriarcal7 .

%i uaciones en la vi#a co i#iana #e las mujeres ju#as ,n las sociedades antiguas, las mu+eres tenan un papel fundamental en la casa o en la familia. ,n este conte#to hay que indicar, que en el seno de la familia se distinguan roles especficos para los hombres y para las mu+eres en virtud del se#o . ,n el +udasmo, la figura de la mu+er es susceptible de las m.s diversas connotaciones, dependiendo las diferentes 2pocas . <a mu+er +uda no estaba habilitada para e+ercer funciones c lticas, no poda ser sacerdote. 1u presencia en el templo se limitaba al 5atrio de las mu+eres7 ,sta dentro de la consideraciones rituales en las que +uega la dial2ctica de lo puro e impuro, por e+emplo con respecto a los flu+os de la mu+er $la menstruacin* y el parto , que condicionan toda una serie de prescripciones. <a responsabilidad religiosa de las mu+eres incumbe al padre o al marido. 1olo los hombres estaban obligados a una plena observancia de la 6or.. Cor eso en la bendicin matutina, los hombres daban gracias a 8ios por no haberlos creado paganos, mu+eres, ni esclavos . <as hi+as hasta su matrimonio, se quedaban con su madre y le ayudaban en las ocupaciones dom2sticas y el cuidado de las ove+as $3n &F,H*. <a costumbre mandaba que en lo posible la mu+er no se mostrase e#cesivamente en p blico- por otra parte el tratar con las mu+eres se consideraba como posible ocasin de pecado . ,l hombre e+erca un poder absoluto sobre la familia, y la esposa era considerada como su propiedad. Aunque ella estaba protegida por la ley contra posibles abusos $8t &E'&&*, +urdicamente quedaba siempre dependiente de su marido . 1in embargo sabemos hoy que mu+eres galileas se reunan para comidas comunes, refle#in religiosa y eventos de curacin. <o hacan porque tenan un 5sue4o7 y seguan una visin de liberacin para toda mu+er en "srael. ,l sistema imperial determinaba la vida de los varones y tena un impacto mayor sobre las mu+eres, ya fueran libres de nacimiento, estuvieran empobrecidas,

fueran esclavas o liberadas, mu+eres del campo o de la ciudad, viudas o vrgenes, esposas o prostitutas . ,ra una situacin pr.cticamente generali0ada hasta 2pocas recientes. 8esde mediados del siglo B"B, los movimientos feministas han promovido la emancipacin de las mu+eres, combatieron la concepcin que su vida quedara reducida a la maternidad y a no tolerar m.s e#cepciones. Cero el estado moderno de "srael, ha promovido una ley que somete el estado civil de las personas a la +urisdiccin rabnica para impedir las pretensiones emancipatorias de los movimientos feministas actuales. ,n cambio en el +udasmo reformado se aceptan las diferentes concepciones y conductas modernas que rigen en casi cada pas . As"ec os $enerales #el evan$elio #e Marcos 8amos ahora un breve vista0o al evangelio de Marcos en el cual encontramos el episodio que nos interesa. ,l testimonio m.s antiguo acerca del evangelio de Marcos es el de Capas $hacia el E)I d./.*, obispo de Hier.polis, y se encuentra en su obra 5,#2gesis de los or.culos del 1e4or7. "mportantes fragmentos de esta obra los conocemos a trav2s de la 5Historia ,clesi.stica7 de ,usebio de /esarea. 5@ el Cresbtero di+o tambi2n esto? Marcos, como int2rprete de Cedro, escribi con e#actitud, aunque sin orden, todo lo que recordaba de los dichos y hechos de Jes s. ,l personalmente no escuch al 1e4or ni haba sido discpulo suyo, sino que posteriormente haba sido compa4ero de Cedro, como ya di+e. ,l apstol haba adaptado su ense4an0a a las necesidades $de sus oyentes*, pero sin intencin de componer un relato ordenado de las palabras del 1e4or. As, pues, Marcos no se equivoc al poner por escrito las cosas tal como recordaba, porque su nica preocupacin fue no omitir ni falsear nada de lo que haba odo7 . 1i e#isti una relacin entre Marcos y Cedro, de la que hablan los testimonios m.s antiguos, 2sta tuvo que darse despu2s de la composicin del evangelio. 1i la antepusieron, es porque se necesitaba avalar, con la autoridad de Cedro y de la "glesia de Roma, un escrito que no tuvo acogida en la primitiva "glesia . ,l cristiano 5desconocido7, llamado Marcos, reuni las diversas tradiciones e historias sobre Jes s de Na0aret en una estructura narrativa coherente- lo hi0o para fortalecer la fe y la pra#is de la comunidad cristiana a la que 2l escriba. Aunque los especialistas difieren en la valoracin de las tendencias teolgicas y la situacin histrica del evangelio de Marcos, la mayor parte de ellos coincide en que 5la tradicin +esu.nica pretenda dar respuesta en este evangelio a las necesidades, responsabilidades, concepciones, ansiedades, conflictos, y debilidades que caracteri0aban a su comunidad en aquellos momentos7 . ,l tipo de comunidad a la que Marcos se refiere, queda refle+ada en la descripcin de la relacin de Jes s con sus discpulos, sus preguntas, reacciones y fracasos .

,n Marcos, las mu+eres que siguieron a Jes s desde 3alilea a Jerusal2n son calificadas de testigas apostlicas, mientras que en el libro de los Hechos de los Apstoles se apunta a los doce apstoles varones. 5<as mu+eres ba+o la cru07 indica que la comunidad de Marcos, con sus dirigentes, no haca discriminaciones sociales, religiosas, se#uales ni 2tnicas. No reconoce m.s las leyes de pure0a c ltica y recha0a, para su organi0acin, el esquema de dominio'sumisin, refle+o de la sociedad greco'romana que estaba dominando en aquel entonces . 1e considera que Marcos escribi para cristianos de origen no +udo y que adem.s no vivan en Calestina. ,l autor no hace 2nfasis en la <ey ni en la Nueva Alian0a, sino que pone empe4o en e#plicar las costumbres +udas, en traducir las e#presiones arameas y en subrayar el significado del evangelio para los paganos . 6eniendo en cuenta lo anterior, el lugar de composicin del evangelio, seg n /lemente de Ale+andra, Jernimo, ,usebio y ,fr2n, sera Roma. /risstomo, en cambio, opina que fue en Ale+andra. Jtros argumentan que fue en Antioquia, por las ra0ones de relacin con Cedro en Antioquia y la mencin de 1imn de /irene . <a mayora de los crticos datan este evangelio entre los a4os H%'K% d./. ,n EFK& la propuesta de J. J>/allaghan, al identificar el fragmento de papiro de la cueva K de Dumr.n, conocido por las siglas KD%, como Mc H,%&'%(, obligara, de ser cierta, a datar el evangelio de Marcos antes del a4o %I. 8icha propuesta ha sido revisada por /.C.6hiede, llegando a la conclusin de que los argumentos de JL/allaghan est.n slidamente fundados. A un id2ntico resultado se ha llegado en el simposio celebrado en EFFE en la Mniversidad /atlica de ,ichstadt sobre esta cuestin . Cero la datacin del evangelio a una 2poca m.s temprana, puede darse tambi2n por ciertos datos que el mismo evangelio proporciona. ,n todo caso, todava no se ha dicho la ltima palabra acerca de la datacin del evangelio de Marcos.

&ilvanan#o el e' o con (n)asis en smbolos cul urales La san$re* 5Mna mu+er que padeca flu+o de sangreN7. <a sangre que recorre el cuerpo es portadora de la fuer0a en un sentido especial. Cara los pueblos antiguos pareca incluso la materiali0acin de la vida. 1eg n tradiciones de Mesopotamia, la sangre era el elemento divino de los seres humanos, porque fueron creados de la sangre de los dioses sacrificados. ,l color ro+o es el color de la vida . ,n muchas culturas, la sangre siempre ha tenido un significado religioso y biolgico de la vida. <a sangre fue valorada como el mismo espritu y aliento . ,n el pueblo +udo la sangre ha sido considerada como la vida misma. ,n el Antiguo 6estamento la palabra sangre se emplea de diferentes y muy significativas maneras. /uando se derrama la sangre, se ha terminado la vida de

una persona- porque la vida est. en la sangre. <a vida es don de 8ios, as que nadie debe derramar la sangre . <a sangre de la menstruacin se consideraba impura y e#iga un tiempo de impure0a $<v E%,EF.(I*. ,n la sangre vive el alma $<v EK,EE*. Cuesto que la sangre es pura fuer0a vital, puede gritar al cielo $3n ),EI*. ,l creador de la vida vengar. toda sangre derramada . ,n el cristianismo, la sangre me0clada con el agua que fluye de la llaga de Jes s crucificado, recogida en el 3rial, es como breba+e de inmortalidad y como smbolo eucarstico. +oce* 5Mna mu+er que padeca... desde haca doce a4os7. ,s un n mero importante para diferentes culturas y en diversas circunstancias. <a totalidad del pueblo de 8ios se manifiesta en los doce hi+os de Jacob, en las doce tribus de "srael. 8oce es el n mero de los llamados 5doce profetas7, y el n mero de los apstoles elegidos por Jes s. <a mu+er vestida de 1ol lleva 5una corona con doce estrellas7 $Ap E&,E*. ,n el Apocalipsis el doce es el n mero de la plenitud . <a epopeya de 3ilgam2s est. dividida en doce tablas. ,l templo de Mardu; en Oabilonia tena doce puertas. <os egipcios atribuyeron al sol, conforme a su curso de doce horas de lu0. 8iversas religiones antiguas tenan doce dioses- en el mercado de Atenas estaba el altar de los doce dioses como centro de la ciudad. <a ley de las doce tablas constitua la base de los derechos romanos .

,es-s, uno #e los curan#eros #e su iem"o Magos, curanderos y taumaturgos han e#istido siempre y no slo en la tierra de "srael. ,n la regin oriental del Asia Menor, en el siglo " d./., se conoce de Apolonio de 6iana y de 1imn, el mago de 1amara. ,n la lectura posbblica se atribuye e#orcismos a Abraham y a 6obas. 9lavio Josefo habla de un e#orcista llamado ,lea0ar. ,n "srael son conocidos dos famosos taumaturgos Honi y Hanina ben 8osa que se caracteri0an, en la tradicin de ,las, por los prodigios m.gicos reali0ados con la oracin. ,sto corresponde, en ciertos aspectos, a la presentacin de Jes s reali0ada por la tradicin sinptica . ,n el 6almud se cita a @ohanan ben Pa;;ay a quien, seg n la tradicin rabnica, se le atribuye milagros obtenidos con la oracin, curaciones milagrosas y, en particular, una curacin a distancia como la que hi0o Jes s . ,n tiempos de Jes s, se conoca tambi2n hermandades de curanderos y lugares famosos de curacin. <a piscina de Oetesd. $Jn %,&'(* fue considerada como dotada de un simbolismo muy particular por su maravilloso poder de curacin. ,l dios 51erapis7 tena un santuario all. Mna tradicin +uda vea en el borboteo del agua el efecto de una intervencin angelical. <a accin de Jes s y su poder de sanar va a eclipsar la fama de muchos terapeutas locales . ,l N6 permite rese4ar

un gran n mero de enfermedades y dolencias tales como la ceguera, la sordera, la mude0, la esterilidad, los reumatismos, las hemorragias, la apople+a, la afecciones de los nervios como epilepsia, la locura, etc. <as enfermedades se propagaban f.cilmente, a pesar de las prescripciones de la ley sobre la limpie0a. <a profesin de m2dico 5curandero7, al parecer, no era muy apreciada, por estar en contacto con los impuros, ya que la enfermedad se relacionaba tambi2n con los pecados y con el castigo. Jes s cura a los enfermos $Mt EI,Q- EE,%- Jn F,(*. 1us seguidores asumen como un carisma el don de curar $E/o E&,&Q*. <a imposicin de las manos que se relata varias veces en los evangelios, tambi2n era una t2cnica taumat rgica frecuentemente empleada en la 2poca . Jes s procura curar a los dolientes con los medios de la medicina popular. 1us discpulas y discpulos colocan sus conocimientos de medicina casera al servicio de las personas que sufren enfermedades y buscan desesperadamente la curacin. ,l poder de Jes s no es el de un simple curandero o reali0ador de milagros, aunque, en el momento de colocar las acciones de Jes s a favor de los enfermos y enfermas, 2se es el 2nfasis dado por los evangelios.

La mujer que ."a#eca )lujo #e san$re/ se sana y salva a ,es-s ,l te#to de la hemorroisa $mu+er con flu+o de sangre* aparece en el tercer relato de 5resurreccin7, como cuenta el te#to. Jairo, el +efe de la sinagoga y padre de la ni4a, desea que Jes s le imponga las manos a su hi+a que esta moribunda. ,lla tena doce a4os. ,ra la edad en que las mu+eres +udas podan casarse- y tambi2n doce a4os sufra de flu+o la mu+er, probablemente el tiempo de me+ores condiciones para la fertilidad. ,stas historias se entrela0an tanto por el n mero doce como por los estados de impure0a de ambas al ser tocadas $Nm EF,EE*. ,n el camino, cuando Jes s acepta acompa4ar al padre de la ni4a, de pronto, en medio de la multitud, un incidente irrumpe el corte+o que va a casa de Jairo. Mna mu+er en medio del apretu+amiento de la multitud busca curacin en Jes s. Algunos describen la enfermedad de la mu+er como una metrorragia crnica- son las opiniones comunes en torno a la enfermedad de la mu+er basada en lo que dice el <evtico, que adem.s de atormentarla fsicamente, le haca legalmente impura y adem.s transmisora de la impure0a . 1eg n el Nuevo /omentario Oblico 1an Jernimo, la mu+er qui0. sufra una hemorragia vaginal por fibroma . <os tres evangelios sinpticos cuentan la historia de esta mu+er sin nombre ni representante, ya sea 2ste el padre o el marido. 51ufra de flu+o de sangre desde haca doce a4os7 $Mt F,EQ'&&- Mc %,&%'()- <c Q,)(')Q*. Cero Marcos coloca la historia m.s dram.tica. 5Haba gastado todos sus bienes consultando a muchos m2dicos7 pero 5sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor7- estas palabras de+an ver la situacin de empobrecimiento econmico al que est. sometida la enferma incurable. Cara ella los problemas est.n en su dolencia corporal, al tener una enfermedad incurable, y en su permanente estado de impure0a - se habr.

sentido impura hacia su interior y con todo lo que tena contacto $<v E%,EF'(E*. Cor su estado de impure0a estaba e#cluida de la comunidad, del pueblo de 8ios . <a ley le obligaba a evitar todo contacto con las dem.s personas y a 2stas de evitarla . ,lla no es considerada persona dentro del .mbito cultural, donde los papeles y roles sociales eran impuestos a las mu+eres. 1e consideraba el flu+o menstrual de las mu+eres como una figura simblica de la infidelidad del pueblo. <a enfermedad era +u0gada por los crculos rigoristas como el signo presente para e#cluir al pueblo no observante que lo mantena en continuo estado de inferioridad y marginacin . <a mu+er padeca desde haca 5doce a4os7, cantidad que conecta tambi2n con la edad de la hi+a de Jairo. <as dos figuras no tienen nombre propio ni rasgos personales- ellas representan al grupo de los y las marginadas sociales por las instituciones religiosas que son las que determinan los valores socio'poltico' religiosos. <a mu+er con flu+o de sangre est. en impure0a continua. <a ley de Mois2s le ale+a de la estructura socio'cultural y del derecho de ser heredera de la memoria de sus antepasadas- por su sangrado permanece est2ril, sin futuro que proveer, ni memoria que de+ar. <a sangre como smbolo de vida se pierde sin poder contenerla, e#perimentando una muerte lenta. <a ley mantiene a este sector del pueblo imposibilitado para recibir la proteccin de 8ios y la aceptacin de la comunidad, quedando los y las marginadas en la indigencia y sin poder tener salud. Cero el te#to tambi2n de+a ver la insistencia de esta mu+er para salvar su vida a lo largo de doce a4os, periodo en el cual ella recurri a muchos m2dicos y termin con todos sus bienes. Muchos m2dicos se han beneficiado en muchas oportunidades de todos sus bienes y en lugar de me+orarla la empeoraron, la de+aron cada ve0 m.s imposibilitada para lograr la saludRvida. As, un sector del pueblo quedaba cada ve0 m.s reducido a la miseria. Ni el esfuer0o, ni el dinero de la enferma eran valorados por los mediadores de la salud, quienes, gracias a su ineficacia profesional, podan mantener un nivel de vida que les inclua entre el pueblo elegido. Cor doce a4os la mu+er se ha mantenido dentro de las concepciones que la ley religiosa impona y actuaba como 58ios manda7, aceptando que su marginacin estaba +ustificada y era parte de ese sistema. 6odo esfuer0o que haca se volva cada ve0 m.s in til. /uando ella termin con todos sus bienes $para el sistema social ella ya no tena nada, pero haba escuchado hablar de Jes s y sus curaciones milagrosas* se puso en camino para formar parte de la muchedumbre de enfermos, que apretaba a Jes s cuando 2l iba a la casa de Jairo. ,sta mu+er sac la fuer0a para abrirse paso y pensaba 5si toco tan slo las vestiduras de 2l ser2 sanada7. ,l contacto, tanto con el taumaturgo como de los enfermos y enfermas es importante para la curacin. 1e habla que un gran n mero de estas personas

acuda a Jes s para tocarlo o eran llevados hasta 2l para tocarlo. 1e consideraba que el taumaturgo estaba cargado de una fuer0a curativa . <a mu+er slo deseaba tocar sus vestiduras- no le tiene que e#plicar su padecimiento, sino que ella sabe que con slo tocar ser. sanadaRsalvada, aunque tocar a un desconocido, no obstante sea un sanador popular, puede considerarse indigno o malo . Jes s caminaba acompa4ado del +efe de la sinagoga y de sus discpulos- haba una muchedumbre. Cero 2l tena en mente una peticin determinada que cumplir. ,lla lo toc y al instante, se sec el flu+o de sangre y conoci en su cuerpo que haba sido sanada. 5Jes s, d.ndose cuenta interiormente de la fuer0a que haba salido de 2l, se volvi inmediatamente entre la multitudN7 Hubo algo que le hi0o sentirse a s mismo. 5Reciprocidad7 es la clave para descubrirse a s mismo a trav2s del otroRa. La mujer con la fuerza de la sanacin que requera su cuerpo, estimulaba a Jess como sanador, que en el momento de ser tocado senta una fuer0a interior que slo e#periment con ella y no con toda la muchedumbre que tambi2n le estaba tocando. !l reaccion con asombro y de modo diferente al ser tocado. 5SDui2n me toc las vestidurasT7. <a vestidura no es algo casual sino que refle+a algo del ser interior de la persona . 5SDui2n ha tocado la profundidad de mi serT, SDui2n ha hecho de m su sanadorT7. Cero le respondan tambi2n con e#tra4e0a sus discpulos ya que la muchedumbre le estaba tocando. Mu+eres y hombres socialmente enfermos lo tocaban, buscando ser sanados. Jes s no estaba satisfecho con la e#plicacin que le daban y se mantena en actitud de espera, hasta que sali un cuerpo tembloroso por los efectos de la curacin, un cuerpo de una mu+er que slo conoca el dolor- ella estaba adquiriendo fuer0a para revelarse a s misma, se acercaba y caa ante Jes s- contaba su historia de padecimiento como una denuncia de su marginacin, y que, a pesar de doce a4os de enfermedad, nunca se haba de+ado abatir por la desesperan0a. 8eseaba un da estar libre para contar su historia. 6ena temor de revelarse en medio de la muchedumbre enferma, donde slo ella haba sido sanadaRsalvada. 6ena temor de revelarse ante Jairo, el +efe de la sinagoga que iba con Jes s, porque en una sociedad de clases, los primeros favores reciban los de influencia y no los que por vida estaban destinados a ser los ltimosRas. Cero el +efe, que representaba al legalismo que e#clua a esta mu+er de la sociedad, tena que aprender de la fe de ella, para obtener un milagro m.s grande en su hi+a . <a mu+er con flu+o de sangre recordaba a Jes s que tambi2n ella era parte del pueblo de 8ios y su accin le e#iga a la muchedumbre tener m.s fe en s mismasRos, porque quien tiene fe en s mismo est. capacitado para tener fe en la otra persona. Dui2n ha sido sanadoRa est. capacitadoRa para ser sanadorRa. ,l episodio no concluye con preguntas sino con afirmaciones. 5Hi+a, tu fe te ha sanado, vete en pa0 y s2 sana de tu afliccin7. ,sta mu+er por su perseverancia y su fe, ha sido reconocida p blicamente por Jes s, el sanador, como hi+a de antepasadosRas, heredera de las tradiciones y de la Alian0a, ha sido sanada y salvada de las humillaciones de ser empobrecida por los m2dicos, aislada por impura, lo que le haba provocado aflicciones corporales, mentales y sociales. ,sta mu+er se insertaba en la sociedad como un sue4o por fin alcan0ado con su perseverancia y fortaleci a Jes s no slo para sanar sino para resucitar a la hi+a

de Jairo. ,l relato de esta mu+er nos clarifica que el encuentro y la transformacin de la enfermedad en sanacin, era la pr.ctica de las mu+eres y de Jes s en su movimiento. 9ue una de tantas mu+eres en el movimiento de Jes s, olvidadas y silenciadas en la historia y en el anonimato, que por su fe confirma a Jes s como sanador y le sana en el descubrimiento de su verdadera misin.

Arruman#o nues ras memorias ,n estos tiempos, se hace necesario restaurar los imaginarios femeninos histricos. ,s importante para las y los creyentes de Jes s, ampliar la fe hacia las mu+eres que estuvieron, al igual que 2l, en el movimiento de transformacin por una sociedad +uda m.s +usta. Al igual que el hombre Jes s, debemos creer en la mu+er y reconocer sus valores que le hacen transgresora y libre a la ve0. No se puede esperar que venga un salvador como la tradicin ha pregonado por siglos, sino que hay que sacar a la salvadora que est. dentro de toda mu+er, para superar las barreras patriarcales. /on el gesto 5tocar la vestimenta7, hay que tocar m.s all. de las fronteras que la sociedad patriarcal nos impone. No es en el templo, no es en la sinagoga donde esta mu+er protagoni0a su salvacin, ni sana a Jes s de su ceguera frente a los dem.s necesitados que no tienen un Jefe que les represente. ,s en la calle, donde al paso se puede ir e#perimentando el contacto con los que no entran dentro de la institucin, con los que son recha0ados y son abandonados a su propia suerte. <a mu+er representa al pueblo, un pueblo que sufre continuamente y siente desangrarse- sus fuer0as se agotan buscando sanacin, una sanacinRsalvacin que le hace ser reconocido como personas, como los que dicen no estar enfermos. <a mu+er necesita de Jes s, un hombre conocido y reconocido, para hacer evidente su integracin en su medio cultural y tanto 2lRella se sananRsalvan. <o importante en ella es que nos hace notar que nunca se sinti perdida, sino que perdida est. la sociedad patriarcal que envenena con tantos pre+uicios contra las mu+eres- estos pre+uicios, que son el miedo a perder el poder, son puestos en evidencia a trav2s de la historia rescatada de las mu+eres. @ el te#to de Marcos de+a claro que Jes s est. en el centro y que la mu+er es slo un ob+eto para hacer notar m.s sus prodigios como hi+o de 8ios, que acoge a la mu+er, la no'persona. ,n nuestras vidas cotidianas, hemos comprobado que no todo lo que vemos nos ve- por eso, Jes s queda sanadoRsalvado por la mu+er con flu+o de sangre, porque 2l sufre de ceguera social. <a mu+er le posibilita una mirada para reconocer a los que tambi2n son parte del Cueblo de 8ios y crea sensibilidad en su cuerpo como sanadorRsalvador.

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Marcia Moya R1 Robles HEI y Juan <en Mera Duito ,cuador &elmu Renar# C. 8amian EF% y Jbispo 8a0 de la Madrid Duito ,cuador 62rmino usado por ,lisabeth 1chGssler 9ioren0a en sus diferentes aportes, para resaltar la visin de Jes s como 51e4or7. Uea la Oibliografa al final. ,lisabeth 1chGssler 9ioren0a, !ristologa feminista crtica " Jess #ijo de $iriam, profeta de la sabidura, ,ditorial 6rotta, Madrid &III, p. E&&. ,lisabeth 1chGssler 9ioren0a, !ristologa feminista, p. EE). Cierre 3relot, La condicin femenina en el +ue%o ,estamento , CC/, Madrid EFF%, p. EF.

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mueble sobre el que se siente quedar. impuro como durante la impure0a menstrual. ,l que la toque quedar. impuro.7 Juan Mateos y 9ernando /amacho, l e%angelio de $arcos,p. )K(. Joachim 3nil;a, l e%angelio segn &an $arcos, vol.E, ,ditorial 1gueme, 1alamanca EFQH, p. &%E. ,lisa ,st2ve0 <pe0, l poder de una mujer creyente, ,U8, ,stella &II(, p. (FQ. Manfred <ur;er, Diccionario de im1genes, pp. &)I'&)E. ,lisa ,st2ve0 <pe0, l poder de una mujer creyente, p. )&K. Maurice de /ocagnac, Los smbolos bblicos, p. (QI.

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