octubre 15, 2023

2 Crónicas 34.22-28a Commentary

“Puesto que prestaste atención a las palabras del libro acerca de este lugar y de sus habitantes, y al oírlas te conmoviste de corazón y te humillaste delante de mí, y te rasgaste las vestiduras y lloraste en mi presencia, yo también te he oído”.

II Crónicas 34.26b-27, Reina Valera Contemporánea

Trasfondo bíblico-teológico

En varias ocasiones se ha calificado como profetas a los promotores o dirigentes de cambios, transformaciones o reformas sociales que han estado inspirados en principios religiosos. Mucho de ese énfasis proviene de determinadas lecturas de los textos bíblicos en los cuales se manifestó el ímpetu por renovar la vida de los pueblos o de las comunidades de fe. En el caso del antiguo Israel y de las reformas del siglo XVI esta lectura se ha hecho muy intensa y los nombres implicados han conseguido amplio reconocimiento. El rey Josías, como varios de los reyes de Israel, tuvo una relación directa con la profecía como una institución aceptada como vehículo de la revelación divina para regir la actuación del pueblo. De ahí que el momento crucial en el que se descubre el rollo de la Ley busque la opinión autorizada de Julda, una profetisa ligada a los círculos venidos del norte, avecindada en el barrio de los refugiados, el Misné (H. Cazelles): A ella se remitió el rey para validar el reencuentro con el libro de la Ley:

Ella es la autoridad profética detrás de la reforma usualmente atribuida a Josías. […] …en Crónicas, a Josías se atribuye haber iniciado la reforma por su cuenta. […] No se informa acerca de la presentación de Julda a la familia real. Ella ya estaba establecida como profeta confiable cuando se presenta por primera vez; pudo haber estado al servicio de Yedidá durante los primeros años del joven rey. Ella no fue simplemente su primera opción; fue su única opción. […] Canónicamente, el oráculo sirve para explicar por qué Judá finalmente sería devastada a pesar de las reformas que inicia Josías y para proporcionar el marco teológico para la reforma de Josías (W.C. Gafney).

Julda, profetisa genuina de Israel (vv. 22)

Julda, cuyo nombre significa “comadreja” o “topo” se recuerda hasta estos tiempos en el gran complejo del Templo de Jerusalén en una de las puertas que lleva su nombre. Estaba casada con Salún, “guarda de las vestiduras del rey” y vivía en un barrio bajo de la ciudad (X. Pikaza). “Algunos la han llamado ‘la primera crítica de textos bíblicos’. Otros la han apodado ‘la fundadora de los estudios bíblicos’. Ella es la primera figura en las Escrituras, hombre o mujer, cuya contribución a la historia bíblica se centró en verificar un documento escrito como escritura sagrada y escrita como tal” (R. Weems). De modo que su labor fue extremadamente especializada y crítica, dotada de gran autoridad, dadas las circunstancias extremas que rodearon la solicitud de Josías y de sus allegados. “La autoridad para emitir un juicio sobre esta entrada inicial en el canon se le dio a una mujer” (A. Swidler).

Los lectores modernos, que no están acostumbrados a pensar en mujeres antiguas en posiciones de autoridad, pueden encontrar notable la historia de Hulda. La evidencia bíblica, sin embargo, deja en claro que la profecía era un papel abierto a las mujeres en igualdad de condiciones con los hombres (otros ejemplos incluyen a Miriam, Débora y, en el Nuevo Testamento, Ana), y los narradores de Reyes y Crónicas no hacen caso del género de Huldah. Aunque ella es identificada por la ascendencia de su esposo, tal convención formal no le resta valor a su propia autoridad real reconocida para hablar en el nombre de YHWH. Los paralelos mesopotámicos sugieren que esta historia se ajusta a un tipo de relato en el que un rey aparentemente recibe una directiva divina para la reforma del culto y luego la valida a través del personal del templo. Tales paralelismos confirman que el papel de Hulda es típico (C.V. Camp).

La respuesta profética de Julda (vv. 23-28a)

“Cualquiera que sea el caso, la historia de Hulda es notable en la tradición bíblica porque sus palabras proféticas de juicio se centran en un documento escrito: ella autoriza lo que se convertirá en el núcleo de las Escrituras para el judaísmo y el cristianismo. Su validación de un texto se erige así como el primer acto reconocible en el largo proceso de formación del canon. Hulda autentica un documento como palabra de Dios, otorgándole así la santidad requerida para establecer un texto como autorizado o canónico” (Ídem). Ella fue requerida para evaluar la autoridad del texto reencontrado y para hacerlo ver como una justificación efectiva de las reformas que Josías ya había comenzado. Con ello se dotaba de una profunda autoridad profética a todo lo realizado, con lo que la función religiosa y sociopolítica de la profecía se consolidó, en esta ocasión por encima de figuras masculinas como Jeremías.

Por otro lado, ese libro fue utilizado con una buena proyección coyuntural por Josías: “El texto se adecuaba perfectamente a los puntos de vista de Josías y de su gobierno, que querían aprovecharse de la ruina de Asiria para rehacer la unidad de las doce tribus en torno a la dinastía de David, de su capital y de su templo” (H. Cazelles). Julda “confirmó la inminente realización de las amenazas divinas [“…porque ellos me han abandonado y han ofrecido sacrificios a dioses extraños; han provocado mi ira con todas las obras de sus manos. Por lo tanto, mi ira se derramará sobre este lugar, y no se apagará”, v. 25], mandando decir a Josías que no se aplicarían a su reino, porque el rey se había conmovido en su corazón y humillado ante Dios al oír su lectura. […] Su lectura dio un nuevo ímpetu a la reforma religiosa ya emprendida” (A. Ropero).

Conclusión

Las reformas religiosas integrales tienen una función profética bien clara: contribuir a que el pueblo tenga conciencia de las exigencias de los textos sagrados en situaciones cambiantes y complejas que se manifestaban como una posible apertura a transformaciones más duraderas. Además, el enfoque relacionado con Julda llega hasta nosotros con resonancias importantes para reafirmar el papel de las mujeres en la vida de las comunidades de fe:

De Hulda, las mujeres aprendemos a aprovechar estas oportunidades y convertirlas en un papel auténtico, al servicio del sistema en el que trabajamos.

Hulda es una figura bíblica de la que podemos aprender. No tuvo miedo de hablar, decir cosas impopulares o iniciar una transformación radical. Aunque en peligro de ser utilizada por el sistema, pudo ganar la distancia necesaria y “elegir la vida”. (Dt 30:19) (“Hulda at the table…”).

Sugerencias de lectura

  • Claudia V. Camp, “Huldah: Bible”, en Jewish Women’s Archives, https://jwa.org/encyclopedia/article/huldah-bible.
  • Henri Cazelles, Historia política de Israel. Desde los orígenes hasta Alejandro Magno. Madrid, Ediciones Cristiandad, 1984.
  • Wilda C. Gafney, Daughters of Miriam. Women prophets in Ancient Israel. Minneapolis, Fortress Press, 2008.
  • “Huldah at the table: reflections on leadership and the leadership of women…”, The Free Library, 2010, Lutheran School of Theology and Mission.
  • Xabier Pikaza, “Hulda”, en Alfonso Ropero, ed. gral., Gran diccionario enciclopédico de la Biblia. Barcelona, CLIE, 2013, p. 1210.
  • Alfonso Ropero, “Josías”, en Gran diccionario enciclopédico…, 1377-1378.
  • Arlene Swidler, “In Search of Huldah”, en The Bible Today, núm. 98, noviembre de 1978.
  • Renita Weems, “Huldah, the Prophet: Reading a (Deuteronomistic) Woman’s Identity”, en B.A. Strawn, ed., A God so near. Winona Lake, Eisenbrauns, 2003.

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