octubre 22, 2023

2 Crónicas 34.28b-33 Commentary

Luego Josías quitó de toda la tierra de los israelitas todo objeto repugnante, e hizo que todos los que se hallaban en Israel sirvieran al Señor su Dios. Y mientras Josías vivió, ellos no dejaron de seguir al Señor y Dios de sus padres.

II Crónicas 34.33, Reina-Valera Contemporánea 

Trasfondo bíblico-teológico

Al entusiasmo con que nos acercamos a la rememoración de las reformas bíblicas y a las del siglo XVI hay que agregar, necesariamente, algunos matices para comprenderlas mejor y no sobrevalorarlas, puesto que la forma en que son presentadas influye en su apreciación. En ese sentido se mueve el estudioso francés Pierre Buis al formular un resumen de lo que hicieron algunos reyes de Judá: “Suele hablarse de las reformas llevadas a cabo por los reyes fieles a la Ley del Señor, por ejemplo, la de Josías. Pero esta palabra no es muy adecuada para designar lo que se desea. De suyo parece indicar las medidas que se toman para volver a una situación anterior, considerada como ideal. Pero no es eso lo que se nos cuenta”. Y pasa a detallar sus observaciones históricas: cuando Ezequías suprimió los santuarios urbanos o rurales de Judá, no restableció una situación antigua, sino la de la travesía por el desierto, en la que sólo debía haber un santuario; los santuarios suprimidos debían su origen a los antepasados del pueblo. Salomón no los eliminó, sólo los puso en segundo término por causa del templo de Jerusalén. Por ello, lo hecho por Ezequías “fue una innovación, una revolución, más que una reforma”. A la luz de lo acontecido con Josías, agrega como corolario de su explicación:

No todas estas “reformas” se deben a la iniciativa de los reyes ni están ordenadas por Dios. Ezequías aplica ciertamente una disposición del Deuteronomio, ¡pero éste sólo se publicará cien años más tarde! En la reforma de Josías, tan sólo la pascua se refiere al libro de la Ley. Y no se dice que estas reformas dieran origen a una intervención directa de Dios en favor de los reyes reformadores. 2 Re 18.4-8 [2 Cr 29-31] habla ciertamente de algunos éxitos de Ezequías, pero sin que éstos se deban a la supresión de los santuarios (Ídem).

El gran golpe religioso de estas reformas (un cambio trascendental en la religión de Israel) fue la eliminación del culto a Asera, deidad principal de los cananeos, cuyo culto se criticó continuamente y al cual Josías atacó frontalmente (II Cr 34.3, 4, 7). Los herederos espirituales de Josías regresaron de Babilonia para reconstruir el templo, y su influencia se puede encontrar en muchos de textos posteriores. La parte social implicó poner en práctica lo indicado por ese libro de la ley, con todos los riesgos que eso implicaba.

El rey Josías leyó las palabras del libro del pacto (vv. 28-30)

Otro momento dramático de la historia de Josías fue cuando reunió solemnemente a los ancianos (29) y al pueblo en el templo a fin de leer porciones del libro encontrado (30: “sacerdotes, levitas y todo el pueblo, desde el mayor hasta el más pequeño”). Esta ceremonia, repetida al menos en otra ocasión similar (Esdras 8), tuvo un impacto notable en la comunidad. La prueba de la solidez con que se promovió son las primeras palabras de Dt 12.1-3, que apuntan directamente a los cambios religiosos que debían realizarse: “Éstos son los estatutos y decretos que ustedes tendrán cuidado de poner por obra todos los días que ustedes vivan en la tierra que el Señor, el Dios de sus padres, les ha dado en posesión. Destruirán por completo todos los montes altos y colinas, y todo árbol frondoso, donde sirvieron a sus dioses las naciones que ustedes van a heredar. Derribarán sus altares, harán pedazos sus estatuas, echarán al fuego sus imágenes de Asera, destruirán las esculturas de sus dioses, y borrarán de aquel lugar su nombre”.

Ésa fue la razón de ser de las transformaciones impulsadas por el rey para tratar de cambiar el rumbo de la nación en momentos ya críticos de por sí: a) sellar ante el Señor una alianza suscrita por todos; b) emprender la purificación del culto al abolir todos los santuarios locales; c) centralizar en Jerusalén y traer a todos los sacerdotes que oficiaban en los santuarios; d) su acción abarcó también los territorios del norte que ya controlaba; y e) celebrar la Pascua.

La determinación de poner por obra esas ordenanzas (v. 28b-33)

Josías se comprometió, junto con el pueblo, a poner en marcha las exigencias del libro de la ley que abarcaron aspectos sociales y religiosos como parte de un proyecto de mayor envergadura. Porque el Deuteronomio no solamente es un conjunto de preceptos y mandamientos orientados a la vida ritual o de culto sino, también, una especie de código socio-religioso encaminado a mantener el carácter alternativo del pueblo que Dios sacó de la esclavitud. Eso se demuestra con el contenido de los caps. 15 (perdón de deudas, préstamos para pobres y leyes sobre los esclavos), 16 (impartición de justicia), 17 (requisitos para la monarquía), 18 (derechos de los levitas y características de los profetas), 19 (ciudades de refugio), 20 (leyes para la guerra), 23-24 (leyes sanitarias y humanitarias) y 26 (apoyo a extranjeros y viudas).

Una incisiva lectura de esas reformas para nuestro tiempo es la que realizó Walter Brueggemann al dialogar con la situación de Estados Unidos en los últimos tiempos al basarse en la petición para una “traición de clase”, hecha por un funcionario con responsabilidad sobre el ambiente (si la crisis climática “es causada por la autocomplacencia del 1 por ciento, ¡un grupo en el que incluye a todos los que tienen un ingreso anual de 109,000 o más! Él observa que la crisis climática puede aliviarse si ‘las personas más ricas se esfuerzan por cambiar sus hábitos…’ […] ‘Necesitamos, por así decirlo, alguna traición de clase’, en el que parte del 1 por ciento actúe en contra del interés de su propio bienestar percibido y se comprometa por el bien común” (W. Brueggemann):

La narración del rey Josías es ciertamente dramática, como debe ser. Es ineludiblemente dramático cada vez que alguien con dinero y poder se “despierta” a la realidad social y actúa de manera audaz en contra del interés evidente de ese dinero y poder. Eso es lo que hizo Josías. Violó su interés económico social. Traicionó a su clase social. Eligió una forma alternativa de gobierno que iba más allá de las preocupaciones seguras y de autoprotección de su 1 por ciento. [..] La audaz acción alternativa del rey Josías abrió más posibilidades históricas a su reino y especialmente a aquellos que habían sido excluidos y dejados atrás.

Josías rompe con esa ideología y dedica su poder real al bien común. De hecho, traiciona a su clase real de tomadores/quitadores. Lo hace a instancias del antiguo requisito de la Torá (Ídem).

El contexto que destaca está en las palabras de Jeremías sobre él, dirigidas a su hijo Salún: “¿Acaso a tu padre le faltó comida y bebida? ¡A él le fue bien porque practicó la justicia y el derecho! ¡Le fue bien porque les hizo justicia a los pobres y menesterosos! ¡A eso le llamo conocerme!” (Jer 22.15b-16).

Conclusión

Este día el Señor tu Dios te manda que cumplas estos estatutos y decretos. Ten cuidado de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma. Este día declaras solemnemente que el Señor es tu Dios, que andarás en sus caminos y cumplirás sus estatutos, mandamientos y decretos, y que obedecerás su voz. Este día el Señor declara que tú eres su pueblo, su posesión exclusiva, tal y como te lo ha prometido. Así que cumple todos sus mandamientos; y exáltalo sobre todas las naciones que él ha creado, para que seas un pueblo santo al Señor tu Dios, digno de alabanza, renombre y gloria, como él lo ha dicho. (Dt 26.16-19)

Con estas palabras concluye el que es, quizá, parte del documento de la Ley recuperado en el templo, que fundamentó los cambios sociales y religiosos emprendidos por Josías. La decisión estaba tomada en el sentido correcto, con la salvedad de que los avatares históricos marcarían otros rumbos para el destino del pueblo, con base en los errores cometidos por los reyes anteriores. ¿Reformas tardías, quizá? Pero el plan divino seguía adelante a pesar de las infidelidades de los monarcas y del pueblo. En la actualidad debe revisarse siempre la dinámica entre una sociedad activa y crítica, y sus gobernantes, para replantear propósitos generales y proyectos concretos de subsistencia y desarrollo.

Sugerencias de lectura

  • Walter Brueggemann, “The Bible and the 1%”, en Church Anew, 21 de junio de 2021, https://churchanew.org/brueggemann/the-bible-and-the-1-percent.
  • Pierre Buis, El libro de los Reyes. Estella, Verbo Divino, 1995 (Cuadernos bíblicos, 86).
  • Samson Olusina Olanisebe, “Josiah’s Reform in Judah (2 Kgs 22-23//2 Chr 34-35: Implications for Nigeria in pursuit of a sustained democracy”, en Old Testament Essays, Old Testament Society of South Africa (OTSSA), vol. 30, núm. 3, 1 de noviembre de 2017, pp. 770-784, https://journals.co.za/doi/epdf/10.17159/2312-3621/2017/v30n3a13.

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