diciembre 18, 2022

Isaías 7.10-16; Mateo 1.20-23 Commentary

Dios mismo les va a dar una señal:
La joven está embarazada,
y pronto tendrá un hijo,
al que pondrá por nombre Emanuel,
es decir, “Dios con nosotros”.

Isaías 7.14, Traducción en Lenguaje Actual

Trasfondo bíblico-teológico

La lectura profética de la historia, practicada desde la antigüedad por los hombres y mujeres tomados por el Espíritu para presentar un mensaje actual y pertinente al pueblo de Dios, nos sigue deparando muchas sorpresas y enseñanzas. Cada vez que volteamos nuestra mirada a la primera parte de Isaías (1-39), nos encontramos con la poderosa mirada de un creyente inspirado por Dios para introducirse a la situación histórica y proyectar en ella el sentido que Él deseaba que compartiera con su comunidad. Isaías es un profeta de palacio. Será el profeta con más referencias “mesiánicas”, pues sus mensajes sobre “el rey ideal” fueron releídos en las generaciones sucesivas hasta llegar a Cristo, como sucede con Is 7.14, todo un anuncio del nacimiento de Jesús, tal como se interpretaría después. La preocupación de Isaías por el rey futuro marca su insatisfacción por los gobernantes de su época y su búsqueda de un horizonte utópico más acorde con las intenciones divinas.

La lectura profética de Isaías 7

Su perspectiva de la historia no necesariamente coincidió con las intenciones del rey: al anunciar el advenimiento de una figura que cumpliría el designio divino, Isaías proyecta las esperanzas populares en un sentido subversivo, esto es, contrario a las estrategias del gobernante en turno. Como los demás profetas, él aún creía en las posibilidades de la política, aun cuando los acontecimientos se precipitaron para romper sus expectativas. Durante la monarquía de Judá, este profeta encontró en la historia los elementos que le permitieron encontrar rutas para la salvación del pueblo, inmerso en problemas socioeconómicos, políticos y, por supuesto, espirituales. Lo que Isaías, en primer lugar, propuso a los gobernantes y al pueblo fue hacer un alto en el camino y evitar ser dominados por la coyuntura. Por eso escribió el llamado “Libro de Emmanuel” (caps. 6-12), en donde al mismo tiempo que exhortó al rey de Judá a confiar plenamente en Yahvé, lo llamó a superar el miedo que le producían las alianzas políticas a su alrededor (Is 7.1).

Frente a esto, la palabra del Señor es consoladora: ““Ten mucho cuidado, y mucha calma. No tengas miedo ni se sobresalte tu corazón por causa de Resín y de Siria, y del hijo de Remalías” (v. 4). En la religión bíblica, el surgimiento del mesianismo, es decir, la esperanza en la venida de un redentor histórico que arreglase la situación de manera casi instantánea obedeció a la suma de fracasos que la sociedad experimentó y que aumentó progresivamente las dificultades para alcanzar el ideal por el que nació el pueblo de Israel. “La palabra profética para enfrentar el peligro es sorprendente pues impulsa a Acaz a resistir y mantenerse firme frente al acoso, minimizando la amenaza de sus vecinos del Norte y sin ninguna reacción inmediata. A su vez, por el contexto, vemos que esta opción es interpretada como la posición de confianza en Yavé y de fidelidad a su alianza: ‘si no os afirmáis en mí no seréis firmes’ (7.9), lo cual significa concretamente “si no confiáis en mí, no subsistiréis’ (ver también 10.24-27)” (S. Almada).

Ante la vacilación de Acaz para proponer una señal, luego que el Señor ha ofrecido “generosamente un signo para confirmar su palabra y robustecer la fe vacilante del rey” (vv. 10-11) (L.A. Schökel y J.L. Sicre Díaz), y frente a su hipocresía (12-13), el profeta reacciona en nombre de Dios y le recuerda que él mismo es continuador de la salvación prometida a David. La figura del niño prometido, el propio hijo de Acaz, cuyo nombre es toda una garantía de la cercanía de Dios, sería el símbolo de la superación de las limitaciones de ese gobierno limitado por sus grandes temores.

La perspectiva de Mateo 1

La breve enunciación de Mateo acerca del nacimiento de Jesús es una muestra de cómo su “opción navideña” consistió en narrar los sucesos desde una perspectiva popular, pero no por ello menos seria, y también desde una visión basada en las profecías antiguas. Luego de presentar la genealogía de Jesús para referirlo como descendiente del rey David, su apuesta inicial, desarrollada consistentemente en el resto del relato, plantea un conflicto acerca de la paternidad de Jesús (Mt 1.18-20). Los nombres anunciados para el niño, Jesús (Mt 1.21) y Emmanu-El (Mt 1.23), el primero ligado a la historia antigua de salvación (sinónimo actualizado de Josué y Oseas), y el segundo en relación con la profecía de Isaías sobre la cercanía de Dios (vv. 22-23, “Dios-con-nosotros”), destacan la intervención de Dios. La mediación del Espíritu, como “tercero en discordia”, convenció a José de sumarse al proyecto divino como parte de una historia de fe y convencimiento (v. 24).

…la narración de Mateo está atravesada por un tema único, desarrollado en diferentes movimientos. […] En 1.22-23, […] el evangelista escribe: “[…] He aquí que la virgen concebirá y dará a luz a un hijo al que pondrá por nombre Enmanuel”. […] En analogía con esta declaración, la última palabra de la última instrucción que da el resucitado a los suyos […]: “He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el final de los tiempos” (28.20).

El tema de la narración mateana, por consiguiente, es el estar-con-nosotros de Dios en Jesús de Nazaret. En otras palabras, al hacer el relato del destino de Jesús, Mateo quiere señalar que el Dios de Israel está con nosotros, cómo y con qué fin está con nosotros. (J. Zumstein).

El nombre simbólico del Mesías que nacería en Belén es sinónimo de la gran verdad evangélica central: el Dios cercano, “al lado, junto a nosotros” que resume todo el contenido de las Buenas Nuevas que llegan con su venida: “… proclamar el ‘con-nosotros’ de Dios, la proximidad y la fidelidad de Dios con vistas a la salvación de los hombres y la protección de los creyentes” (Ídem). Invocar y proclamar a Dios como un “Dios con nosotros” es la mayor audacia que pueda aparecer en labios humanos: “es Dios quien nos invita a ver en Jesús al Salvador, el Emmanuel” (C. Tassin). Tal como la ha resumido la Dra. Catherine Gunsalus González:

Lo que nos estamos preparando para celebrar esta Navidad es esta inimaginable presencia de Dios en medio de nosotros: el hombre Jesús de Nazaret que enseñó y actuó el gran Evangelio de la presencia de Dios con nosotros y el amor por nosotros; cuya vida encarnada continuó después de la cruz como Cristo resucitado, a quien el Espíritu Santo nos une en la comunidad de fe. Pero ése no es el final de la historia. Lo que se nos promete es una nueva forma final de la presencia de Dios entre nosotros (Apocalipsis 21.3, 22).

Conclusión

Cada época demanda al pueblo de Dios una lectura profética de la historia en consonancia con los impulsos del Espíritu para orientar y canalizar adecuadamente la fe de las comunidades, inmersas, comprometidas y desafiadas por el momento en que viven. La respuesta de la palabra divina a las necesidades humanas siempre llega a tiempo, pues el plan de Dios debe cumplirse cabalmente. Cada vez que la fe se proyecta en el tiempo, es posible alcanzar una mejor comprensión de lo que Dios quiere hacer en el mundo para beneficio de los seres humanos. El Dios-con-nosotros, en medio del mundo, en toda coyuntura, ante cualquier circunstancia, representa la certeza de que podemos caminar hacia adelante, confiados/as en la cercanía divina dominada por una profunda simpatía por la causa y la existencia humana digna y justa.

Sugerencias de lectura

  • Samuel Almada, “Miedos, alianzas y esperanzas en torno a Isaías 7”, en Revista de Interpretación Bíblica, núm. 61, 2008/3, centrobiblicoquito.org/images/ribla/61.pdf.
  • Catherine Gunsalus González, “La presencia de Dios entre nosotros”, en Asociación para la Educación Teológica Hispana, 10 de diciembre de 2021.
  • Luis Alonso Schökel y J.L. Sicre Díaz, I. Madrid, Ediciones Cristiandad, 1980.
  • Claude Tassin, Evangelio de Jesucristo según san Mateo. Estella, Verbo Divino, 2006 (Cuadernos bíblicos, 129).
  • Jean Zumstein, Mateo el teólogo. Estella, Verbo Divino, (Cuadernos bíblicos, 58).

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