abril 22, 2018

Salmo 136 Commentary

EL PUEBLO DE DIOS EXPERIMENTA E INTERPRETA SU FE

¡Alabemos a Dios, porque él es bueno!

¡Dios nunca deja de amarnos!

Alabemos al Dios de dioses.

¡Dios nunca deja de amarnos!

Salmo 136.1-2, Traducción en Lenguaje Actual

Trasfondo bíblico

El salmo 136 (conocido como el gran Hallel) es una letanía que busca infundir confianza en el Dios que acompañó siempre la historia de Israel. El contrapunto logrado con la repetición de los sucesos y el estribillo: “Porque para siempre es su misericordia” (“Dios nunca deja de amarnos”, en la Traducción en Lenguaje Actual) tiene un efecto que establece, primero, una exhortación a reconocer constantemente las bendiciones de Dios (vv. 1-3). Segundo, una breve exposición de sus obras creadoras (vv. 4-9); un repaso de sus acciones liberadoras (vv. 10-22), la más extensa; y una actualización sobre los momentos complicados que ha vivido el pueblo (vv. 23-26).

La fe se vive en la historia

La secuencia creación-salvación invierte cronológicamente el acceso a la comprensión de la fe de Israel en Yahvé, pues los sucesos liberadores del éxodo son el telón de fondo de la expresión de los salmos: “El memorial de las acciones soteriológicas de Yahvé se levanta sobre un pedestal cosmológico en el que la alusión a la creación de los astros recuerda la sección homóloga de Gn 1. Se mantiene de este modo la continuidad creación-salvación del Segundo Isaías (caps. 40-55) y de la tradición sacerdotal. El final (“él da pan a toda carne”, v. 25) retoma el universalismo del principio, tras el largo paréntesis dedicado a las vicisitudes del pueblo de Israel” (Juan L. Ruiz de la Peña).

Muchas veces durante su historia Israel ensayó estos recuentos mezclados con alabanza y reflexión teológica. La fe popular e “ilustrada” (o crítica) se conjuntaban para expresar una liturgia colectiva que colocaba frente al pueblo la necesidad de “ajustar” su fe a cada momento que le tocaba vivir, siempre con base en las promesas cumplidas y, sobre todo, en los grandes acontecimientos fundadores del éxodo. Así, el salmo actualiza la fe en medio de una nueva situación que, al parecer, no es de una angustia extrema, pero que representa una etapa en la que se consideraba que las nuevas generaciones podían olvidarse de los grandes momentos históricos. Ubicar los hitos o parteaguas indiscutibles era un ejercicio de interpretación que continuamente alentó al pueblo a enriquecerse profundamente con el valor y significado de los hechos antiguos. Ésta era la mejor manera de establecer una tradición teológica y religiosa, pues el esfuerzo interpretativo de los autores de los textos se alimentó también con la fuerza imaginativa que les hacía volver a experimentar lo vivido por los ancestros, pero en nuevas circunstancias. El papel de los salmos como corte transversal íntimo y externo, individual y colectivo, de la vida espiritual del pueblo, consistió en articular en estas grandes composiciones litúrgicas algunos de los bloques históricos que hablaban mejor del trato con el Dios del pacto. Todo ello con una sólida conciencia histórica y espiritual que hoy es una gran lección para nosotros:

Entre los salmos de acción de gracias y los himnos que aprovechan la historia podemos derivar una idea de cómo se conoció en la conciencia de los israelitas su propia historia nacional. La historia no era una disciplina secular que se enseñaba en la escuela sino parte de la tradición nacional que se celebraba en las fiestas. La religión no ocupaba un lugar separado de la política o la economía. Esto es obvio, pero hay que subrayarlo porque la modernidad quiere remover la religión a la vida privada de la familia y hacer de la ciencia, la economía y la política esferas seculares. Los himnos, que se cantaban en el templo que era el santuario del rey, hacen evidente la gran diferencia con esta concepción moderna de la esfera religiosa. (Jorge Pixley)

La lectura histórica y de salvación de Hebreos 11

En esta carta, ya superadas las limitaciones étnicas y culturales, la historia de salvación es vista e interpretada con los ojos de una fe transfigurada por el tránsito hacia la consumación de las promesas antiguas en la creencia en Jesús como salvador. El método tipológico y alegórico del autor encuentra en los personajes-clave muchas pistas para aplicar la experiencia cristiana a través de lo vivido por ellos y algunas pistas que proyectan su accionar dentro de la historia antigua. De este modo, en los vv. 21-40, Jacob, José, pero sobre todo Moisés (vv. 23-28), además de Rahab (v. 31), manifiestan un grado de comprensión muy notable de los planes divinos… sobre la marcha.

Porque la vida acontece así, y sólo después de algún tiempo es posible detenerse a valorar lo sucedido y a colocarlo en su justa dimensión. Moisés es el punto focal de la historia antigua, pero el autor no renuncia a incluir a otros héroes y heroínas, pues la inclusión, en esa historia, de protagonistas olvidados, es un acto de justicia y reivindicación. A eso se refieren los vv. 32-36, que no dejan de mencionar algunos nombres. El v. 35 se refiere explícitamente a las mujeres, siempre olvidadas en estos recuentos. En México, por ejemplo, hace algunos años se rescató el nombre de Gertrudis Bocanegra entre quienes participaron en las luchas de independencia. Por eso llama la atención nuestra manifiesta indecisión para llamar por su nombre a los acontecimientos de la historia reciente en nuestro medio eclesiástico mexicano y latinoamericano.

Conclusión

Personas como la teóloga mexicana Elsa Tamez ha utilizado el lenguaje bíblico para pasar revista a la historia del cristianismo latinoamericano. He aquí algunos fragmentos de un texto suyo, ya clásico:

  1. Epístola de Priscila a los hermanos y hermanas reunidos en São Paulo Brasil, 30 de julio de 2003

Capítulo 1

1 Yo, Priscila , sierva y apóstol de Jesucristo, por voluntad no de autoridades oficiales, sino de Dios nuestro creador, a los teólogos y teólogas reunidos en São Paulo, Brasil, fieles al testimonio de nuestro Señor Jesucristo, 2 quien nos mostró el camino del Reinado de Dios y su Justicia a través de su vida de fe, su muerte en la cruz por el imperio romano y su resurrección, de la cual María Magdalena y otras mujeres fueron testigos. Gracia y paz a vosotros. […]

18 ¿Y de las mujeres, que nos cuentan las memorias? Sabemos bien que los líderes eran varones, pero, me pregunto, ¿cómo veían la participación de las mujeres? La historia nos dice que había apertura por parte de las estructuras y un asombroso despertar por parte de las mujeres. 19 ¿Sabíais que ya en el año 1977 un coloquio de mujeres cristianas del Caribe envió a Oaxtepec una carta que decía así: «que la mujer sea convocada en número significativo como partícipe con poder deliberante y electivo»? […]

Capítulo 5

1 En cuanto a las mujeres, no quiero que sigáis ignorando el aporte que vienen dando desde hace más de 20 años. Antes bien, leed, conversad, alimentaos de su pensamiento. No les tengáis miedo, que nada malo os harán. 2 Os suplico no repitáis lo que sucedió en la antigüedad cuando se oficializó el pensamiento de Cristo y la ekklesia de Dios y se excluyeron a las mujeres y otros pensamientos discordantes. 3 Mirad cuánta cosa buena viene de ellas. Preocupaos por la violencia que se ejerce contra las mujeres y las niñas en la casa, la calle y la iglesia, por los poderes patriarcales de este mundo. Discutid con ellas sobre esto, dialogad entre vosotros, pero no excluyáis ni ignoréis. […]

6 Y a vosotras mujeres, no tengáis miedo de decir lo que pensáis sobre Dios. 7 Porque ¿si no decís lo que pensáis cómo vais a caminar y transformar la iglesia que amáis y os hace sufrir? 8 Recordad que el Espíritu Santo fue derramado en vuestros corazones para que seáis hijas libres de Dios. 9 Tened paciencia, que los varones generalmente son más lentos en ver las riquezas que vienen de lugares no acostumbrados. 10 Pero también, en nombre de Jesucristo, de Dios y del Espíritu Santo, os digo a vosotras las mujeres: jamás os olvidéis de los pobres en vuestra teología, enseñanza y práctica, sobre todo hoy, que su existencia en abundancia refleja la inhumanidad de toda la sociedad. 11 Pues la emancipación es completada cuando todos y todas lo somos en plenitud.

12 Y termino esta epístola rogando a todos los rostros de la teología que representan nuestra América Latina y caribeña, que deis un salto, pues los tiempos de hoy exigen que os aboquéis a reflexionar sobre los grandes retos éticos y contemporáneos. 13 No os encerréis en vuestros aportes específicos. Antes bien desde vuestro propio lugar aportad y contribuid a los desafíos de la pobreza y exclusión, de las guerras y la violencia, las migraciones.

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